Pocos años después, los condes de Urgel y Barcelona se los repartieron.
El acantilado es pronunciado en todas las caras excepto en la oriental que se ha habilitó como zona de acceso, en fuerte pendiente.
Se pueden considerar como torres de planta más o menos cuadrada los restos que existen en la parte más extrema de los tres espolones salientes del promontorio por la cara oriental.
Existe una gran cisterna entre el espacio que forman los dos espolones donde se abre el camino de acceso a la fortificación, construida con mampostería irregular.
Todo indica que el período de ocupación fue largo, originado probablemente antes del siglo X y perdurando hasta el XIII.
En época feudal el asentamiento fortificado se desplazó hacia la parte baja del promontorio conformándose a lo largo del espolón que forma la sierra en dirección este.
El segundo elemento se encuentra en el extremo del espolón ocupando un pequeño promontorio elevado.