Aunque en realidad el castillo data de finales del siglo XVI, hubo ya una construcción en el mismo lugar desde 1202.
Es la que utilizó el caballero Erasmo Lueger durante el sitio del castillo para proveer alimentos.
En 1570 construyeron el castillo con la forma renacentista que conocemos hoy, por encargo de Ivan Kobenzl.
240 años más tarde lo heredó el conde Mihael Coronini y en 1846 lo compró el príncipe Windischgrätz.
Gracias a las huellas en la nieve que Erasmo dejó tras sí, Ravbar lo encontró en el Castillo de Predjama.
El caballero utilizaba una de las galerías detrás del castillo que llevaban al exterior.
Andaba hacia Vipava, donde recogía cerezas que después las ofrecía al ejército desesperado.