Castillo de Otranto

El Castillo tiene hoy planta pentagonal, rodeado por un gran foso y marcado por cuatro torres, tres circulares y un baluarte a modo de punta de lanza que mira hacia el puerto de la ciudad; la fachada principal da a la ciudad vieja.

Se accede a él por un puente que salva el foso, hoy con arco de piedra y tarima de madera, probablemente en su origen tipo puente levadizo.

En estas espacios es fácil reconocer las diferentes fases en la construcción del castillo.

Por una escalera se llega a las terrazas, que reflejan en términos generales la posición y distribución de la planta baja.

Desde el primer nivel se accede a las tres torres cilíndricas situadas en las esquinas del castillo: en su interior hay estancias circulares, cubiertas por bóvedas semiesféricas, en las que se colocaban bombardas y cañones.

En estas salas es posible presenciar un interesante fenómeno acústico que permite amplificar voces y sonidos.

Tanto en las cortinas exteriores como en el interior del atrio (patio) se encuentran algunos escudos heráldicos de soberanos y nobles protagonistas de la historia del Castillo.

Vista general del castillo
Vista aérea del Castillo de Otranto
Interior del castillo
Otra vista del exterior del castillo
Fachada por la parte de la entrada
Exterior y foso desde la muralla de Otranto