Se trata de una construcción del siglo X de origen árabe de tipo montano y medio porte, con tres recintos escalonados no concéntricos y planta de irregularidad dispersa.
Suele identificarse con lo que fue fortificado por el Cid en 1084 y provocó la batalla de Morella contra el rey de la taifa de Lérida Al-Mundir al-Hayib y el de Aragón, Sancho Ramírez.
En 1264 fue permutado por el Castillo Real de Villafamés.
En 1287, debido a su estado ruinoso, se incorporó, junto con las villas de Olocau, a los dominios territoriales de Morella.
Tuvo una gran importancia en el ámbito de las luchas entre el Conde Urgell y Fernando I de Aragón, a la muerte del rey Martín el Humano.