Construido entre los años 1220 y 1230 por Guillermo de Brabante, es una de las fortalezas mejor conservadas del medievo en Bélgica, con grandes torres redondas y foso.
Las disputas familiares llevaron a que un tribunal ordenara la subasta pública de la propiedad.
Era uno de los pocos castillos belgas que nunca había sido puesto en venta.
Pero en 2008 fue vendido al artista Wim Delvoye, quien anunció que planeaba convertirlo en un museo de arte moderno.
[2][3] Sin embargo, el marqués logró revertir la venta y conservar la propiedad de su hogar ancestral.