El castillo, que se ha datado en época almohade, habría tenido planta trapezoidal, con un perímetro estimado de unos 210 metros y una superficie aproximada de unos 2.700 metros cuadrados.
Sin embargo, el cortijo actual tiene planta cuadrada con un patio central, hacia donde se conservan los escudos nobiliarios de la familia que ha poseído todas las tierras de la zona desde el siglo XVI.
Presenta visión hacia la Torre de Zambra y podría haber tenido comunicación también con lo que pudieron ser dos torres defensivas situadas en la cúspide y en la ladera de la Sierra del Co, aunque el control visual del castillo no es muy extenso, por lo que su importancia estratégica se basaba en el control del camino y del puerto montañoso de la Fresneda.
Ese mismo año pasó a juriscicción de Antequera, al igual que Jébar (Xebar) y Aznalmara, y en 1414 se donó el castillo al concejo antequerano.
Tras la conquista de Málaga en 1487 se perdió la efectivididad de la fortaleza, ordenando los Reyes Católicos su destrucción, por lo que el lugar quedaría abandonado.