Castillo de Almeida

La ocupación humana de este lugar se remonta a un castro prehistórico, al que siguieron sucesivamente asentamientos romanos, suevos, visigodos y musulmanes, estos últimos constructores del castillo.

La villa y su castillo están representados por Duarte de Armas (Livro das Fortalezas, c. 1509).

En aquella ocasión, bajo el fuego de la artillería enemiga, el polvorín explotó, arrasando el castillo medieval y parte del pueblo, matando e hiriendo a más de 500 personas.

Unos meses después, sufrió un nuevo asedio, ahora por parte de tropas inglesas.

Acorralados, los defensores franceses lograron retirarse, volando la plaza detrás de ellos, lo que causó grandes daños.

Restos de la muralla del castillo
El castillo ocupa un pequeño espacio dentro de la gran plaza Fuerte de Almeida