Casta Álvarez

Nacida de orígenes humildes, sus padres fueron Diego Álvarez y Manuela Bravo, ambos de Figueruelas.Cuando la caballería polaca amenazaba con penetrar en la ciudad a través de la Puerta del Carmen, Casta Álvarez y otros defensores zaragozanos se opusieron a su entrada, consiguiendo rechazar al ejército francés.Aunque tras los actos de la Guerra de la Independencia, falleció en la pobreza tras recibir la medalla de Defensora de la Patria por el restaurado Fernando VII junto con una modesta pensión vitalicia, lo que la llevó a morir tras fuertes dolores y penurias en Cabañas de Ebro, siendo olvidada hasta tiempo después.Su figura iconográfica fue difundida primeramente por la serie de grabados de Juan Gálvez y Fernando Brambilla titulada Ruinas de Zaragoza publicada en Cádiz en 1812-1813.Más tarde Marcelino de Unceta realizó en 1875 un retrato en un gran lienzo que se encuentra en el Ayuntamiento de Zaragoza.