En su forma más simple, el gran yelmo era un cilindro cuya parte superior era plana de acero y cubría por completo la cabeza.
Algunos diseños posteriores utilizaron oberturas curvas, sobre todo en la parte superior, para desviar o disminuir el impacto de los golpes.
En este casco la expansión de la zona nasal produce una placa frontal completa, perfecta para la vista y la respiración.
Los caballeros solían llevar el gran yelmo sobre una toca (capucha) a veces combinada con un gorro de hierro ceñido conocido como cervelliere.
[4] El gran yelmo era a menudo ennegrecido, lacado o pintado, y con frecuencia llevaba adornos tales como: