[8] El suceso lo protagonizó un Super Caravelle de la compañía TAE (Trabajos Aéreos y Enlaces -ya desaparecida-).
Estas luces parecían estar en curso de colisión con la aeronave, provocando un gran nerviosismo en la tripulación y en los pasajeros.
Para evitar el riesgo de una posible colisión, el comandante elevó su aparato, pero las luces hicieron lo mismo y se colocaron a apenas medio kilómetro del avión.
Sin embargo, el radar detectó tres formas no identificadas, cada una con un diámetro estimado de 200 metros, y fue observado por numerosos testigos.
El Capitán Cámara no tardó en encontrarse con esa gran luz roja, que permanecía estática sobre el aeropuerto de Manises: El Mirage F-1 tuvo que aumentar su velocidad hasta 1,4 mach, para finalmente distinguir una forma troncocónica similar a una copa invertida sin la base, la cual cambiaba de color, aunque enseguida el artefacto desapareció de su vista.
El testimonio afirma que tres o cuatro minutos después la zona quedó a oscuras.
Sin embargo, concurren circunstancias como ecos de radar y contacto visual desde tierra (el mismo Cap.
Juez las vio, pues estaba de guardia) que hacen esas otras hipótesis bastante débiles.