La estructura interna de la nave (esqueleto) se construye una vez que el casco va tomando forma, al contrario de otros métodos donde el esqueleto define la forma del casco.
[1] Fue una construcción muy común en la era vikinga y los pueblos de la Europa septentrional.
[2] El casco trincado ha perdurado hasta tiempos más modernos, especialmente en los Wherry y skiffs del río Támesis y en los barcos rabelo del río Duero.
Las planchas del forro se suelen poner tan horizontales como sea posible.
En los modelos más grandes los lados se alzaban con dos planchas suplementarias cosidas al casco.