[1] Tuvo su origen en los siglos XVI, XVII y XVIII, adquiriendo su mayor difusión a finales del siglo XIX y primer tercio del XX.
En ella destaca la fachada sur, abierta al sol y a la luz, mientras que las demás ofrecen gruesos muros de mampostería tosca.
La entrada se hace a través de un portalón de uno o dos arcos, con profundidad suficiente para dar cobijo al carro, aperos y leña, dando paso al estragal, a partir del cual se distribuye cocina (aunque a veces esta va en la segunda planta), cuadra, bodega, despensa y escalera al piso superior.
En algunas zonas, existen patines para acceder directamente desde el exterior a la planta superior.
Los tabiques interiores originalmente suelen ser de madera, aunque en épocas recientes se han ido sustituyendo por ladrillo.