La familia dominó en el ducado de Lotaringia (Lorena) en los siglos X y XI.
La ascendencia del conde Wigerico aún no se ha identificado, pero la Vita Johannis Gorziensis, escrita en 980, dice que el obispo Adalbéron I de Metz, hijo de Wigerico, era de sangre real tanto del lado paterno como materns, indicando el texto que ese origen se remontaba a varias generaciones.
En 1012, su hijo Godofredo II fue nombrado duque de Baja Lorena por el rey franco oriental (alemán) Enrique II, con el fin de proteger las tierras contra las reclamaciones planteadas por Francia Occidental (Francia).
Sin embargo, después de su muerte en 1044, el rey Enrique III enfeudó la Baja Lorena a su hijo menor, Gotelón II, y el anciano, Godofredo III el Barbudo, solo pudo sucederle en la Alta Lorena.
Se rebeló abiertamente, hizo campaña en las tierras de la Baja Lorena y finalmente fue declarado depuesto por el emperador.
Godofredo fue sucedido en 1023 por su hermano Gotelón, quien también se convirtió en duque de Lorena Superior en 1033.
Se cree que este castillo, y la finca conectada, fueron un patrimonio original de la dinastía.