Son decoraciones muy populares en Navidad, a menudo construidas por los niños con ayuda de sus padres.
El origen de tortas o panes con miel se remonta a la Antigua Roma,[1] aunque, por otra parte, los historiadores indican que el jengibre ha sido usado para condimentar comidas y bebidas desde la antigüedad.
Se cree que el pan de jengibre fue introducido en Europa a finales del siglo XI, cuando los cruzados lo trajeron consigo desde el Oriente Medio.
Las especias que se utilizan son jengibre, canela, clavo de olor, nuez moscada y cardamomo.
Los panes de jengibre también a menudo fueron decorados usando colores, y también con hojas doradas.
Después de que este libro fuera publicado, los panaderos alemanes comenzaron a hornear pasteles basándose en la casa descrita en el cuento.
Estos pasteles eran especialmente populares durante la Navidad, tradición que luego llegaría a América.