Caryl Chessman conoció el delito desde joven, cuando cumplió 15 años, su padre intentó suicidarse y él empezó a robar alimentos para la casa.
Inicialmente conocido como el "Bandido de la luz roja", porque se lo inculpó por los hechos cometidos por un criminal que llevaba una sirena policial en el techo de su auto para confundir a sus futuras víctimas en las rutas de California, Caryl Chessman saltó a la fama tras lograr evitar ser ejecutado a morir en la cámara de gas (había sido condenado a muerte en 1948), durante largos doce años.
Eso le permitió posponer ocho citas fijadas para que sea ejecutado, a través de recursos y amparos judiciales.
Caryl Chessman siempre se declaró inocente y aseguraba que "el bandido de la luz roja era un aficionado chapucero con mentalidad sexual retorcida, y no criminal profesional y frío calculador", como él se consideraba.
El luchador profesional mexicano, "Chessman, red light killer", de AAA, lleva el nombre de Chessman.