Caroggi o caruggi (pronunciado [ka'ru?i], en singular caroggio o caruggio, a veces denominados erróneamente carroggi, carrugi o carugi)[1] es el término con el que se designan en idioma ligur los característicos y estrechos callejones sombríos de muchas ciudades y pueblos de la riviera ligur.
Así, existe una Via Orefici (es decir, orfebres), donde encontramos el bellísimo bajorrelieve que representa la Adoración de los Magos y el templete pintada de color gris por Pellegrino Piola, Vico Indoratori, Piazza di Pellicceria (donde desde el siglo XIII han tenido sede las peleterías más apreciadas de Génova), Salita Pollaiuoli, Macelli di Soziglia...
Distinta del caroggio, pero similar por sus angostas proporciones, es la creuza (a menudo crosa en italiano), camino, escalinata o pequeña cuesta que desciende rápidamente de las colinas al valle.
En su descripción de Génova como una ciudad "oblicua" ("apoyada, con edificios de siete plantas, sobre tres o cuatro colinas), el escritor Vicente Blasco Ibáñez, uno de los ilustres viajantes que en el siglo XIX visitaron la capital ligur, escribió en 1896 en una página de Il paese dell'arte ("El país del arte"): Pero -añadía el autor español poco después- también en las calles principales, "los palacios, sostenidos por cariátides, casi se tocan y solo dejan pasar a través del estrecho espacio libre la viva luz del mediodía".
No se debe olvidar el famoso mercadillo "Shanghai", situado en el lado del puerto, el cual ofrecía a precios muy convenientes todos los productos de primera necesidad.
En la parte final de la Via Prè adyacente a la Porta di Vacca se podía encontrar el único vendedor negro que ofrecía auténticos productos africanos.