Luego refiriéndose al arte de esos textos, cambia sutilmente para dar una opinión sobre el arte y la ocupación del ser artista, sobre la vida de un artista y las actitudes que debe tomar sobre la crítica, a la cual pide se le preste poca atención pues el arte es distante de la razón, mientras que solo el amor es quien puede ayudar a su comprensión.
Define la vida del artista como un proceso que no puede estar sujeto a ningún tipo de medidas (temporales o cuantitativas).
Permitiendo con paciencia que las impresiones, impulsos, deseos e imágenes se vayan clarificando y tomando forma en la mente del creador.
Finaliza con una mención sobre el destino de las obras que Kappus le envió a Rilke.
Los primeros años son siempre ajenos a todo adocenamiento y el poeta –el hombre esencial para muchos pensadores- debe conservarlos como su mayor riqueza...