El carnaval de noche es muy conocido por las actuaciones realizadas en vivo en diversos puntos de la capital, donde se pueden elegir diversos ambientes y estilos musicales; este carnaval congrega a una gran multitud.
Ya en diciembre casi la totalidad de los hoteles en la ciudad están reservados, por lo que algunas casas y hasta los colegios sirven para alojar a los visitantes.
Aunque las celebraciones empiezan en enero, el Carnaval de Vallegrande se inicia oficialmente el domingo.
Lunes, martes y miércoles son los días festivos, desde la mañana hasta la noche.
Se dice que, si la casa, la mina o los objetos propios de cada familia no reciben la Ch'alla, con el convite y el tradicional ponche potosino, es seguro no tendrá la gracia o favor que ofrece el espíritu de la madre tierra.
Posteriormente comienza el gran baile popular en la plaza principal, en el cual participan las comparsas, la población y los visitantes.
Mientras un hombre le abre paso al diablo, va detrás la "negra santera" pintándole la cara a los curiosos con hollín.
Algunos usan espuma y pintura, pero varias familias no lo permiten, porque es inflamable y daña la piel.La gran parte de la población se reúne en la plaza principal a mojar a los que pasean por ahí.
Dos días después al festejo de comadres se vive en las principales vías de la ciudad el "corso infantil" en el cual se lo celebra a los niños y niñas de todas las edades con un mega desfile que inicia en la calle Montes y baja hacia la Avenida Camacho y Prado.
La alegría es tal que la gente juega con Agua, espuma y otros accesorios de la festividad toda vez que los participantes se disfracen y usen indumentaria colorida o en colores negros predominantemente.
Ningún paceño está exento de ser blanco del juego con agua ya que es una tradición con la cual se nace.
Guayacan y seguido a este En el Prado Suecia también en la zona sud de la ciudad.
En la tarde se hace el entierro simbólico de la diversión carnavalera con la Quema del Muñeco.
La tradición trinitaria consiste en armar un muñeco de paja, que usualmente tiene un enorme miembro viril.
Los carnavaleros lo acompañan en una procesión con velas encendidas que culmina cuando recuestan al muñeco en el suelo y le prenden fuego.
Para completar la costumbre, la gente salta sobre las llamas y la brasa como presagio de un buen próximo carnaval.