El grupo fue interceptado por una patrulla militar que se encontraba despejando barricadas en el área de la Avenida General Velásquez.
Todos lograron escapar menos ella y Rodrigo Rojas de Negri, un joven fotógrafo.
Los militares recuperaron la parafina que los manifestantes habían llevado, la usaron para rociar a los detenidos y se les prendió fuego.
Eventualmente una patrulla de policía se detuvo, pero ambas víctimas no quisieron decir quién los había atacado por miedo a que los mataran.
[3][4] Rodrigo Rojas murió cuatro días más tarde debido a sus heridas; Quintana fue trasladada al Hospital del Trabajador.
Su área de trabajo, tanto en la docencia como en la práctica profesional, se basa principalmente en la clínica con niños y adolescentes.