Carmen Andrade Perdrix

[1]​ En 1969 se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid y este mismo año comenzó a trabajar como becaria en al Instituto de la Construcción y del Cemento “Eduardo Torroja“ del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Siempre trabaja conectando la investigación básica con su aplicación en situaciones concretas.

González del CENIM, en colaboración con Carmen Andrade, se desarrolló un corrosímetro de medida in situ que fue patentado por el CSIC en 1990 en España y en 1993 en Estados Unidos[4]​ y que actualmente es considerado todavía el de referencia en todo el mundo.

[9]​ La aplicación de la medida de la resistividad eléctrica del hormigón como parámetro universal para caracterizar su potencial durabilidad y vida útil ha permitido seleccionar las mejores dosificaciones de hormigón para alcanzar vidas útiles de al menos 100 años, conocer la calidad del hormigón casi recién fabricado, y por tanto rectificar con la producción en continuo, además, es un ensayo no destructivo muy fácil y relativamente barato de medir.

Esta técnica se está aplicando en la construcción de las nuevas esclusas del Canal de Panamá,[10]​[11]​ obra en la que Carmen Andrade colabora desde 2011.