[5] Como presidente de la Junta de Incautación, tuvo que hacer frente a otros organismos creados por partidos políticos y organizaciones obreras que actuaban por su cuenta, como el Comité de Incautación de la Asociación de Pintores y Escultores, presidido por Emiliano M. Aguilera, que en octubre de 1936 se quejaba en medios como El Socialista y El Sol de la política centralizadora de la junta presidida por Montilla, quien a su vez respondió lamentando la ausencia de colaboración que recibían en su difícil labor de organismos como el dirigido por Aguilera.
[7] Finalizada la guerra se exilió en Francia en estrecho contacto con Azaña hasta ser detenido por policías alemanes acompañados de un agente español el 10 de julio de 1940 en Pyla-sur-Mer, junto a Cipriano Rivas Cherif, cuñado de Manuel Azaña, y otro amigo del presidente exiliado, Miguel Salvador Carreras.
El 27 de julio fueron entregados los tres al gobierno de Franco junto con Julián Zugazagoitia, Teodomiro Menéndez y Francisco Cruz Salido.
Según contó más tarde el propio Montilla a Indalecio Prieto, en una carta fechada en Biarritz el 23 de agosto de 1946, en la que detallaba los últimos momentos de vida de Julián Zugazoitia y Francisco Cruz Salido, fue su hermano, Fernando Montilla, comandante médico y conocido del general Varela, quien logró la mediación de este en su favor.
[11] Aprovechando el primer permiso penitenciario se exilió en el sur de Francia desde donde siguió dando su opinión sobre la situación política española, publicando colaboraciones en la prensa francesa y recibiendo las visitas de otros exiliados republicanos.