Carlos Hugo de Borbón-Parma
También fue desde 1975 pretendiente carlista al trono español, con el nombre de Carlos Hugo I.Según afirmó Victoria Kent en 1964, fue bautizado con los nombres de Hugo María Sixto Roberto Luis Juan Jorge Benedicto Miguel.Al finalizar la II Guerra Mundial, Carlos Hugo cursó en Canadá[4] estudios, que completó tras su regreso al continente europeo, donde se doctoró por la universidad de la Sorbona (Francia) y en Ciencias Económicas por Oxford (Reino Unido), siendo el primer príncipe español en adquirir una formación completamente universitaria en la que predominarían los conocimientos filosóficos y humanistas sobre los puramente militares lo que posteriormente le sirve para iniciarse en el mundo laboral trabajando en el Deutsche Bank, lo que le permitió conocer de primera mano la política económica que llevaría al llamado “Milagro Alemán”.Realizó numerosos viajes por la geografía española, generalmente tolerados por el régimen franquista.El pretendiente iba acompañado de Álvaro d'Ors, Cristóbal Ignacio Pérez del Pulgar y Ramón Massó.Todavía no puedo tomar las últimas decisiones, pero sí debo aclarar las que están concluidas.Durante estos años, la secretaría de Carlos Hugo conectó con los sectores progresistas del carlismo, agrupados mayoritariamente en torno a la Agrupación de Estudiantes Tradicionalistas (AET) y el Movimiento Obrero Tradicionalista (MOT).[9] Por entonces se estaba desarrollando la renovación ideológica de un sector del movimiento, que influenciado por el Concilio Vaticano II, y en especial por la declaración conciliar Dignitatis humanae sobre libertad religiosa, iría evolucionando hacia posiciones de nueva izquierda.Ese proceso parecería consolidarse a partir del Congreso Carlista de 1966[cita requerida] pero en 1967 su propia secretaría afirmaría desvincularse del carlismo cuando, según La Cierva, Carlos Hugo «volvió al integrismo».En este acto se reconoció a La Rioja como región singular del País Vasco-Navarro en la estructura organizativa territorial del carlismo, se criticó duramente al régimen, y se denunció el paso atrás, respecto a las promesas aperturistas, que significaba el Estatuto Orgánico del Movimiento.[14] Dicho cambio produjo una profunda división y enfrentamiento entre los carlistas que acabaría colisionando en 1976 en los llamados sucesos de Montejurra.[16] En los tres Congresos del Pueblo Carlista celebrados entre 1970 y 1972, el sector dirigente de la Comunión Tradicionalista refundó la organización como Partido Carlista, denominación que consideraban que era la original del movimiento, rechazando la de «Comunión Tradicionalista», uno de los nombres que había tenido el carlismo desde su establecimiento como partido político en 1869.[25][26] Carlos Hugo pudo regresar definitivamente a España en octubre de 1977.Las actuales organizaciones Comunión Tradicionalista (CT) y Comunión Tradicionalista Carlista (CTC), que también se declararan herederas del movimiento carlista, nunca reconocieron a Carlos Hugo de Borbón-Parma como rey legítimo de España.En este acto, además de imponer tres nuevas medallas de la Legitimidad Proscripta, Carlos Hugo también criticó el modelo territorial del Estado español, ya que «las autonomías se han construido a partir del Estado y no el Estado a partir de las autonomías (...) Llámese como se le quiera llamar, hay que construir una comunidad de comunidades como se ha hecho en los países que ya tienen un sistema federal».Según afirma un libro publicado ese mismo año en México, Franco exigió que la boda se celebrase en ese lugar por su condición de canónigo vitalicio de la basílica.[35] Al convertirse al catolicismo para casarse con Carlos Hugo en medio de una gran polémica en la sociedad neerlandesa, la princesa Irene fue privada todos sus derechos a la corona de Holanda.