Carlos Carrera

Su segundo trabajo, La vida conyugal, basado en la novela homónima de Sergio Pitol, pasó inadvertido para crítica y público, pero, mientras realizaba este filme, Carrera trabajaba en un cortometraje de animación, el cual le pondría en los primeros planos: El héroe (1994), cinta donde un hombre intenta detener el suicidio de una joven en el metro, el cual fue enviado al Festival de Cannes donde obtuvo la Palma de Oro al mejor cortometraje del certamen, convirtiendo a Carrera en el primer director mexicano en obtener este premio, desde que se le otorgó a María Candelaria en 1946, año en el que todas las cintas presentadas fueron galardonadas.

Su siguiente trabajo sería Sin remitente, proyecto al que fue invitado por Jean Pierre Leleu, quien se encontraba al frente de Televicine en el periodo en el que la empresa se enfocó a realizar tanto cintas comerciales como cintas de mucha calidad artística.

Sin embargo, debido a sus compromisos como director del largometraje de ficción Un embrujo, abandonó el proyecto, y Guzmán tuvo que concluir el corto por su cuenta, siendo estrenado en el 2000.

Se mantuvo como la cinta mexicana más taquillera y con mayor número de espectadores hasta 2013, año en el que fue desbancada por Nosotros los Nobles.

En 2009, Carrera nuevamente trabajó para Ánima Estudios, participando como consultor creativo en la película El Agente 00-P2.