Nieto de un jurista salmantino establecido en Nápoles, su padre, Egidio Tapia, nacido ya en Lanciano, fue también jurista, casado con Isabella Ricci o Riccia, de la baja nobleza local.
Bajo su guía se doctoró in utroque iure con solo dieciocho años y dos años más tarde, en 1586, publicó su primera obra jurídica, los Commentarivs in rubricam et legem, en los que se cuestionaba si el príncipe ha de sujetarse a la ley y defendía el papel moderador de los magistrados, como garantes del equilibro del sistema.
Tapia actuó con firmeza, encarcelando a algunos de aquellos barones, a los que acusó de exportación ilegal de grano a Benevento con el consiguiente encarecimiento del precio del grano destinado el consumo local.
[4] Al mismo tiempo comenzó a trabajar en una recopilación del derecho napolitano, Ius Regni Neapolitani ex constitutionibus, capitolis, ritibus, pragmaticis, neapolitanum privilegis, que publicó en siete volúmenes, los dos primeros en 1605 y el último poco antes de su muerte, en 1643.
En 1614 contrajo matrimonio con Mariana de Leyva, nieta del príncipe de Áscoli, que le proporcionó un rico patrimonio al que se agregaría el que él mismo había ido reuniendo en su ascendente carrera y que completaría luego con la compra de tierras y títulos feudales.