Así que asimiló por sí mismo la literatura toscana no solo clásica, sino la del siglo XVI (Franco Sacchetti, Agnolo Firenzuola y los irregulares Luigi Pulci, Domenico di Giovanni "Burchiello" y Francesco Berni).
Desde muy joven sintió la vocación teatral, actuando como aficionado en funciones familiares y más tarde durante su trienio como soldado en Dalmacia (único período en el que estuvo alejado de la ciudad de Venecia durante un lapso significativo).
En el ámbito literario, su obra (en la que siempre defendió una ideología reaccionaria y misógina, aunque no carente en ocasiones de ciertos matices contradictorios) puede ser dividida en diferentes sectores.
Desde el principio creó un subgénero teatral nuevo parodiando las bagatelas escénicas de estos autores, la fiaba escénica, en la cual se mezclan sobre una endeblez temática cómica, lo fantástico y lo maravilloso, el cuento de hadas y la bufonada.
[5] En El amor de tres naranjas, Pietro Chiari aparece como una hada malvada y Goldoni como un mago.
Carlo Gozzi llegó a la conclusión de que solo había 36 argumentos dramáticos repetidos constantemente en la historia; esta idea fue luego retomada por Friedrich Schiller (quien pese a criticar esta idea no pudo encontrar más que él), por Johann Wolfgang von Goethe y por el crítico Georges Polti, quien consiguió explicarla claramente en su ensayo Las treinta y seis situaciones dramáticas (1895).