Llamado a ayudar al Papa Juan VIII, amenazado por los musulmanes afincados en el sur de la península itálica, Carlos el Calvo emprende una segunda expedición a Italia.
Previamente reúne una asamblea en Quierzy para organizar la buena gestión de su imperio.
En esta asamblea, promulga unas capitulaciones de las que dos artículos (capítulos), que no tenían más que un alcance puntual - la expedición a Italia y sus consecuencias directas -, han sido considerados como los artículos fundamentales del feudalismo, al instaurar la heredabilidad de los honores otorgados por la corona.
De hecho, el texto preveía que estas trasmisiones se hicieran bajo el control real.
Este edicto, que autorizaba al rey a apoderarse de aquellos bienes si la gestión del conde era inadecuada, permitió a éstos aumentar su poder al apoyarse en su clientela.