Pronto la devoción se extendió a la alta nobleza.
La gran cantidad de limosnas recibidas para la Virgen hace que pronto se pueda edificar un nuevo espacio de culto especialmente previsto para la imagen.
En 1912 se finalizó la nueva iglesia, que había sido terminada por Dimas Rodríguez Izquierdo al morir Álvarez Capra en 1901.
En el centro de la nave se contaba con una cúpula proporcionada al templo.
Toda la construcción se había realizado en piedra y ladrillo.
La capilla contaba con un atrio de pequeñas proporciones a sus pies.
Sobre la misma se disponía un hueco semicircular que daba luz a la capilla.