Es el único ejemplo que se conserva de su tipo en el Centro histórico de la ciudad, es decir una pequeña capilla aislada, de planta central, pudiendo ser cuadradas, circulares, elípticas, hexagonales u octogonales.
La capilla fue fundada a mediados del siglo XVIII[1] en el extremo oriente del barrio de Cuepopan y originalmente estuvo dedicada a Lucía de Siracusa.
Fue cerrada a finales del siglo XVIII quedando abandonada, y a mediados del siglo XIX fue reabierta para ser utilizada como depósito de cadáveres para quienes no podían costear el sepelio.
[1] Su fachada de dos cuerpos presenta en la parte baja un arco de medio punto moldurado con enjutas decoradas con elementos vegetales y flanqueado por pilastras estriadas con un relieve en la clave que representa a Francisco de Asís, sobre el arco se encuentra un friso con decoración vegetal.
En el segundo cuerpo se encuentra un nicho en el cual se encuentra una escultura que representa a Jesús de Nazareth con la cruz a cuestas,[3] el nicho está flanqueado por pilastras y pináculos ondulantes y rematado por un frontón roto[1] y sobre él un relieve con el monograma de María.