[3] Situado en la margen izquierda del río Cea, Canalejas se sitúa en una colina rodeada de valles por los que fluyen arroyos que desembocan en el río Cea.
El clima en la localidad se clasifica como mediterráneo continentalizado, con inviernos fríos con frecuentes heladas, y veranos suaves.
[7] Dejando a un lado la definición oficial, encontramos en la literatura dos posibles orígenes del nombre de la villa.
Este vocablo se aplica a reducidos términos en los que existen accidentes topográficos que afectan o tienen forma de canal por efecto del desigual desgaste de los estratos geolódicos diferentes y paralelos.
La otra hipótesis, sostenida por Julián Aydillo,[8] relaciona el nombre canalejas con la situación de la localidad respecto a los valles anejos.
Por último, a lo largo de la histórica, Canalejas ha aparecido en los documentos con diferentes nombres.
Así, en los textos escritos en castellano antiguo aparece con el nombre Canalexas; y en los docmumentos en latín se escribía Canaleia.
Mediado el siglo XVI se lleva a cabo en España la bula del Papa Gregorio XIII por la que el rey recurría a la venta de señoríos de la Iglesia para conseguir dinero.
Incluso, como pasó en Canalejas, pagan fuera de plazo alegando la coacción a la que estaban sometidos por el comprador.
Un poco más adelante, en 1795, Antonio Vegas expone en su libro "Diccionario Geográfico Universal" cuatro datos importantes sobre la villa.
Esta composisición duró hasta la década de 1970, donde Canalejas volvió a formar parte del Ayuntamiento de Almanza, sin que haya habido cambio alguno hasta la actualidad.
), Padre Fray Juan Pérez (prior y párroco de Canalejas).
Santiago Rodríguez (regidor), Francisco de Liébana (procurador), Juan Fernández (procurador), Miguel Rojo (fiel de fechas), Alonso Diez (perito), Roque Pérez (perito), y Lorenzo Guerra (agrimensor).
El territorio ocupaba parte de valles, cárcavas, montes y llanuras.
Además, existían profesionales que realizaban su labor en la villa, como un barbero (Manuel García), que se estima ganaba al año 1100 reales de vellón; un escribano (Juan de Espinosa Ballestero), que se estima ganaba 300 reales de vellón al año; cuatro sastres (Alonso Pérez, Domingo Pérez, Silvestre Andrés y Manuel Pío Presa), un tejedor (Francisco Fernández), un carpintero (Pedro Rodríguez), un albañil (José Lazcano), y un herrero (Francisco Bermejo), que se estima ganaban 4 reales de vellón por día trabajado.
En su convergencia una cruz y su veleta representan el punto más alto de este edificio.
[25] Años atrás perteneció al Monasterio de San Benito (Sahagún) y no estuvo dedicada al El Salvador, sino a San Pedro, sin que se tengan datos de en qué momento se produjo dicho cambio.
Otro aspecto que no se puede pasar por alto es su gran patio exterior, rodeado por una muralla de canto rodado que cubre gran parte de sus límites.
En la actualidad, pertenece a un ente privado que lo está manteniendo y reformando.
En la época presente, ha pasado por varias manos privadas que lo han usado como vivienda, y tanto su interior como su exterior están totalmente reformados.