Construido en 1825, se destinó a la navegación marítima para así evitar los peligrosos rápidos de Lachine.
Desempeñó un papel muy importante para el desarrollo económico de Montreal, puesto que en aquella época, numerosas industrias se instalaron a lo largo del canal.
Éstas, en su mayor esplendor, empleaban a cerca de 25 000 trabajadores.
Numerosas industrias cercanas también fueron clausuradas y cerca de 20 000 personas acabaron en el paro.
Además, las inmediaciones de este han conocido desde hace algunos años una notable mejora debido a la construcción y también a la reconversión de antiguos edificios industriales en condominios.