Estas posiciones se definen en su existencia y en las determinaciones que les imprimen a sus ocupantes por la situación actual o potencial en la estructura de distribución de poder o capital, y por las relaciones objetivas con las demás posiciones.Cada campo es —en mayor o menor medida— autónomo; la posición dominante o dominada de los participantes en el interior del campo depende en algún grado de las reglas específicas del mismo.La forma específica de esas determinaciones está dada por las reglas o principios del campo.Bourdieu compara el campo con la imagen de juego, aunque lo diferencia, ya que el campo no es una creación deliberada ni obedece a reglas que sean explicitadas.Existen también triunfos relacionados con cartas maestras cuyo poder varía según el juego.De esta manera los diversos capitales presentan cambios en su valor en función del campo en el que se encuentren.El campo es una espacio de luchas por conservar o transformar como están configuradas las fuerzas actuales y potenciales.Así, individuos que no tienen contacto directo pueden estar objetivamente ubicados en posiciones similares dentro de la estructura del campo.Esto significa que los campos no son estrictamente análogos a las clases, y generalmente son espacios independientes y autónomos de juego social.Los agentes se suscriben a un campo particular no por medio de un contrato explícito, sino por su reconocimiento práctico de los retos, implícitos en el "desarrollo del juego".Los beneficios obtenidos en un campo actúan, a su vez, como recursos para subsecuentes luchas en el seno del mismo; si bien Bourdieu emplea para describir esta propiedad la noción de capital, esto no implica la aceptación universal del punto de vista de la economía para las relaciones humanas.Aunque las acciones de los individuos estén objetivamente regidas por las reglas del campo, no en todos los campos ni para todos los participantes este carácter es consciente; la orientación dada por el habitus impone sin embargo una estrategia ajustada a las condiciones objetivas.Los presupuestos dictados por el estado del campo se imponen a los actores más reflexivos y conscientes, de manera similar a los órdenes discursivos postulados por Foucault.De ese modo, la sociología es una herramienta radicalmente comprometida con la intervención en las relaciones sociales.