Una campana extractora (denominada comúnmente campana o extractora) es un aparato electrodoméstico de línea blanca que tiene un ventilador inserto en la carcasa; se coloca encima de la cocina, y se utiliza para aspirar y extraer los productos de combustión, el humo, los olores, el calor, la grasa en suspensión y el vapor del aire,[1] mediante una combinación de filtrado y la evacuación del aire.
El primer extractor para uso doméstico se desarrolló y fue llevado al mercado en la década de 1940 por la empresa Vent-A-Hood en los Estados Unidos.
Las campanas son diferentes según el tipo de instalación: Una campana consta de tres partes principales: Existen campanas con dos ventiladores situados en paralelo, lo que no es nada conveniente puesto que, funcionando a la vez, duplican el consumo eléctrico y solamente consiguen aumentar el caudal extraído en muy pequeña proporción.
Además, algunos fabricantes ofrecen accesorios, tales como: estanterías, bastidores, y otros anexos, que permite una mayor flexibilidad de diseño.
La invención de las diversas formas de campana extractora fue a mediados del siglo XX y se han ido desarrollando para ofrecer al público diferentes diseños y también para combinar con la arquitectura de la cocina.