La zona de El Tordillo cobró gran relevancia cuando se descubrieron entre 1928 y 1936 los grandes yacimientos del llamado flanco norte, como Cañadón Perdido, Diadema Argentina, Escalante, Manantiales Behr, El Trébol, Pampa del Castillo, etc.[1] El paraje nació como un campamento petrolero en 1938, junto con otros sitios como Pampa del Castillo, Manantiales Behr, Restinga Alí, Escalante, Cañadón Perdido, entre otros.
En espacios como los clubes, galpones, comedores o salones sociales YPF desarrollaba intensas jornadas de proyección fílmica.
Los campamentos eran visitados por camiones que tenían en la caja bastidores recubiertos de arpillera, con afiches pegados y grandes caracteres pintados a la tiza, convocando a los vecinos al estilo de viejos buhoneros.
Las proyecciones tenían contenido ideológico nacionalista favorable al periodo peronista, sin matices del conflicto social en su gran mayoría.
Además había vendedores particulares como pescadores: vendedores de masas dulces, como rosquitas, tortas y las traía en su canastita y hasta se daban cita aquí comerciantes con mercaderías variadas como heladerías que llegaban desde Comodoro, todos los días.
El encuentro futbolístico era tan esperado que hasta se conformaron un clásicos entre los equipos de los petroleros.
El ambiente según sus propios habitantes fue de índole paradisíaco con una empresa que proveía todo en un tan familiar.
Asimismo, los clubes no sólo concentraban la atención deportiva, sino que también eran ámbito propicio para el desarrollo de bailes en sus instalaciones y reuniones sociales.