[3] El origen legendario de su nombre la relaciona con la existencia de varias casas con "bellísimos jardines a la italiana", promovidas por Jacobo de Grattis, caballero modenés que fue a España como secretario del nuncio apostólico de Gregorio XIII, y se estableció en el Madrid del siglo xvi, donde adquirió y explotó varias fincas.
[5][2] Quizá la presencia de tan lustrosa vecindad hizo que, ya en 1746, se elevara una protesta y se solicitase el cierre de dos carbonerías que había en la calle dando como razones «el peligro que para un incendio presentaba la mercancía y las continuas molestias que ocasionaba la descarga de esta».
[2] También, según anota Répide,[3] existieron durante «trescientos años» en esta calle varias casas de baños.
[8] Desde 2015 se encuentra en el edificio ‘neomudéjar’ del número 4, la sede de la Oficina de Atención al Refugiado, en Madrid.
[9] El inmueble se construyó a comienzos del siglo xx y fue entre 1912 y 1922 redacción del periódico La Tribuna.