Discurre en sentido sur-norte entre la calle de Alcalá y la del Caballero de Gracia,[1] prolongándose con la brevísima calle del Clavel hasta la Gran Vía madrileña.
[8] Esta fue la primera calle madrileña en la que, a modo de ensayo, se “entarugó” el pavimento –el ‘tarugo’ era un adoquín de madera para sustituir al de piedra–, proceso que se llevó a cabo en 1843, pero que por su mal resultado tuvo que levantarse cinco años después para volver al adoquín tradicional de granito.
[9][8] Históricamente los edificios más notables fueron los que en ambas aceras hacían esquina con la calle de Alcalá.
[11] Frente al Fornos, en la otra esquina con Alcalá estuvo el antiguo palacio del marqués de la Torrecilla.
Es citada en La calle de Valverde (1961), de Max Aub: "A Manuel, en su apresuramiento, le parece que todos bajan hacia la Cibeles molestando su paso.