Una caja de tapa y fondo es un embalaje compuesto por dos piezas independientes.
Se utiliza para productos que se conservan en la caja (ropa de cama, zapatos, juguetes, etc.), o a los que se accede en repetidas ocasiones (bombones, bollería, etc.).
Estas cajas se pueden fabricar en diversos materiales, siendo los más frecuentes el cartón ondulado y el cartoncillo.
En ambos casos, el embalaje puede ser automontable (a mano) o mecanizable (necesita de una máquina de montaje para su formación).
Para mostrar el producto al cliente, se puede troquelar una "ventana" en la tapa, a la que puede encolarse una lámina de plástico transparente.