Su hijo Antonio, que heredó la floreciente actividad de su padre en 1800, demostró pronto su capacidad empresarial decidiendo invertir los beneficios en la compra de los inmuebles contiguos al suyo y, pasados unos veinte años, era el propietario de toda la manzana, que tiene una forma aproximadamente triangular y estaba delimitada al este por la Via della Garzeria (actual Via VIII Febbraio), al oeste por la Via della Pescheria Vecchia (actual Vicolo Pedrocchi) y al norte por el Oratorio di San Giobbe (actual Piazzetta Pedrocchi).La planta baja fue finalizada en 1831, mientras que en 1839 se realizó el nuevo cuerpo de estilo neogótico denominado Pedrocchino, destinado a acoger la offelleria (pastelería).En esta última fecha empezaron las obras de restauración del Pedrocchino, que se prolongarán hasta 1927.Sin embargo, en los años posteriores se dispersó gran parte del mobiliario original diseñado por el propio Jappelli, que será sustituido gradualmente en la época fascista.La Sala Verde, caracterizada por un gran espejo colocado sobre la chimenea, estaba destinada tradicionalmente a los que quisieran sentarse y leer los periódicos sin la obligación de consumir.Completa la planta baja la Sala Octagonal o de la Bolsa, con un mobiliario no muy refinado, destinada originalmente a las contrataciones comerciales.Al sur el café termina con una logia sostenida por columnas dóricas y flanqueada por el cuerpo neogótico llamado Pedrocchino.Los símbolos egipcios proceden del descifrado de la escritura jeroglífica por parte de Champollion y son más bien un homenaje al gran explorador paduano Giovanni Battista Belzoni, que había descubierto numerosos monumentos egipcios y que Jappelli conocía directamente.