Cadena de custodia

La cadena de custodia de una prueba se define como el procedimiento controlado que se aplica a los materiales desde su localización hasta su valoración por los encargados de su análisis, normalmente peritos, y que tiene fin no viciar el manejo que de ellos se haga y así evitar alteraciones, sustituciones, contaminaciones o destrucciones.La cadena de custodia sirve para garantizar que el procedimiento empleado ha sido exitoso, y que la evidencia que se recolectó en la escena es la misma que se está presentando ante el tribunal, o el analizado en el respectivo dictamen pericial.En este ámbito, la cadena de custodia consiste en el seguimiento que una empresa u organización transformadora de materias primas para la obtención de otros productos se compromete a hacer al objeto de garantizar que al menos un determinado porcentaje de aquellas materias, denominadas materias certificadas, cumplen unas ciertas características de calidad, generalmente medioambientales.Pero se añaden elementos particulares que son factibles en el momento de trabajar con pruebas documentales informáticas, como el digesto matemático (hash) en el momento de realizar el acta de secuestro, permitiendo así asegurar la integridad de la prueba.[1]​ El Acuerdo A/009/15, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 12 de febrero de 2015, establece las directrices que deberán observar los servidores públicos que intervengan en materia de cadena de custodia,[2]​ definiendo a esta como el "Sistema de control y registro que se aplica al indicio o elemento material probatorio, desde su localización, descubrimiento o aportación, en el lugar de intervención, hasta que la autoridad competente ordene su conclusión"[3]​