[1] Por ley, los cocheros no podían dejar desatendidos sus vehículos en la calle, ni siquiera en las paradas de taxi.
Las casetas eran de color verde y, como ocupaban la vía pública, no podían ser más largos ni anchos que un coche de caballos con su caballo.
Se prohibía expresamente el juego, las bebidas alcohólicas y la blasfemia.
[2] El mismo mes, en Oxford se inaugura la primera de dos casetas.
[4] Hitchin Railway Station, la primera parada al salir de Londres por la antigua Great Northern Railway, contaba con una caseta que estuvo funcionando como tal hasta 1976.