El turf es un término común en diversos países americanos para designar a las carreras de caballos en las que el público puede apostar.La carrera consistía en dar siete veces la vuelta al circo; los caballos iban atados a carros ligeros y encontraban en cierto paraje del tránsito límites colocados de tal manera, que sin una destreza infinita de parte del conductor, el carro podía hacerse pedazos.Todos los jóvenes mozos de cuadra ambiciosos podían soñar con llegar a lo más alto.En los caballos de carreras se busca equilibrio y velocidad, mientras que el carácter o temperamento del animal queda en segundo plano.Hay tres caballos sementales fundadores a los que todos los purasangre se remontan en la línea masculina: el Darley Arabian, el Godolphin Arabian y el Byerley Turk, llamados así en honor a sus respectivos propietarios Thomas Darley, Lord Godolphin y el capitán Robert Byerly.Los purasangre pueden recorrer distancias medias a ritmos rápidos, lo que requiere un equilibrio entre velocidad y resistencia.En la raza Pura Sangre no se permite la inseminación artificial, la clonación ni la transferencia de embriones.Los caballos árabes deben poder soportar recorrer largas distancias a un ritmo moderado.[14] Las carreras ocurren en pistas de vuelta cerrada, conocidos también por hipódromos, por lo general óvalos o, más raras, triángulos.Las carreras pueden ser comunes o clásicos de distintas categorías, siendo las de Grupo I o Grandes Premios las pruebas más importantes y las que distinguen a las organizaciones y los hipódromos que las promocionan.Entre los jockeys sudamericanos famosos pueden citarse a José Santos, Irineo Leguisamo, Vilmar Sanguinetti, Marina Lezcano, Jorge Valdivieso, Pablo Falero, Jorge Ricardo y Juan José Paulé Los entrenadores de caballos hacen el mantenimiento del caballo, además del entrenamiento, o sea son quienes los preparan para las carreras.También son los encargados de seleccionar las carreras más adecuadas en las que debe competir cada caballo, teniendo en cuenta las aptitudes del equino.La genética, el entrenamiento, la edad y la salud del esqueleto son factores que contribuyen al rendimiento de un caballo.Si éstas se producen, pueden afectar negativamente a la disposición del caballo para aprender.[15] El sistema esquelético de un caballo se adapta al ejercicio que recibe.Dado que el sistema óseo no alcanza su plena madurez hasta que el caballo tiene al menos seis años de edad, los caballos de carreras jóvenes suelen sufrir lesiones.[16] Los hipódromos típicamente realizan un sistema de apuestas mutuas, en el que el dinero apostado por todos los espectadores se coloca en una bolsa común.