La cabeza del caballo (caput) y la cola (cauda) eran cortadas y utilizadas por separado en las dos partes de la ceremonia que se llevaba a cabo a continuación: Existen antiguas referencias sobre el Equus October durante más de seis siglos: la primera es la del historiador griego Timeo (siglo III a. C.), que vinculó el sacrificio al caballo de Troya y a la reivindicación de los romanos a la descendencia troyana, a la última en el Calendario de Filócalo (año 354), donde se constata que se sigue celebrando, incluso en los tiempos en que el cristianismo se estaba convirtiendo en la religión dominante del Imperio.
Los aspectos complejos, e incluso contradictorios, del Caballo de octubre, probablemente son el resultado de diferentes superposiciones tradicionales que se han ido acumulando en el tiempo.
[7] El gramático Festo lo describe de esta manera: En un pasaje distinto,[9] el anticuario augusteo Marco Verrio Flaco añadió el detalle de que a la cabeza del caballo se la adornaba con pan.
La escritora Colleen McCullough escribió la novela The October Horse (en español, traducida por El caballo de César), donde el propio César llega a ser la víctima sacrifical.
Para McCullough, la cola (cauda) la ha asimilado a genitales, siguiendo a otros estudiosos que piensan que cauda es un eufemismo para designar al pene.