Equus ferus przewalskii

[5]​ Casi se extinguió a mediados del siglo XX, pero fue salvado de la desaparición por algunos naturalistas.

[3]​ Así, C. P. Groves propuso que todos los caballos pertenecieran a la misma especie —E.

[8]​[10]​ Algunas diferencias genéticas, como la dotación génica (2n=66 en Przewalski y 2n=64 en caballo doméstico), y diferencias morfológicas separan al caballo de Przewalski del caballo doméstico, pero son muchas más las similitudes genéticas y serológicas encontradas entre ambas especies, lo que hace pensar en que son dos poblaciones, especies o subespecies que divergieron hace unos 200 000 años.

El pelo es corto pero fuerte, de color amarillento a marrón oscuro, siendo blanco en el hocico y más oscuro o negro en crines (siempre erectas) y cola.

Cuando rebasan esta edad, abandonan el grupo: los machos tratarán de hacerse su propia manada o intentarán arrebatársela a otro, mientras que las hembras se instalarán en otros grupos diferentes, garantizando así el intercambio genético.

Existen numerosas representaciones de caballos muy similares a esta subespecie en el arte paleolítico que encontramos en cuevas, abrigos y al aire libre en países como Portugal, Francia o España.

La subespecie fue descubierta en 1879 por el general ruso de origen polaco Nikolái Przewalski (1839-1888), explorador y naturalista aficionado.

En 1900 se puso en marcha una gran expedición para capturar ejemplares vivos y llevarlos a distintos zoológicos de Europa.

Ocho años después se creó la Fundación para la Preservación y Protección del Caballo de Przewalski, que inició un programa para estimular el intercambio de animales entre los zoológicos y aumentar así su escasa variabilidad genética.

Dos lados de los huesos de la pata de un caballo de Przewalski del Pleistoceno procedentes de Worms ( Alemania ).