El filósofo danés del siglo XIX Søren Kierkegaard habla sobre el caballero de la fe en varias de sus obras seudonímicas, expuestas en Temor y temblor, La repetición y más obras.
A continuación, la personalidad recibe el galardón de caballería que lo ennoblece por una eternidad.
[8] En Temor y temblor Kierkegaard introduce la figura del "caballero de la resignación infinita", quien es capaz de desordenar todo por una gran causa y convivir con el dolor que eso le produzca, en oposición al "caballero de la fe", quien no sólo renuncia a todo sino que además confía por la fuerza del absurdo en que volverá a recibirlo de vuelta cuando aprenda a Dios.
[8] Silentio cree personalmente que solo dos personas fueron caballeros de la fe: la Virgen María y Abraham.
También es posible que Silentio considere a Jesús como un caballero de la fe.
[10] Abraham se convirtió en Caballero de la fe porque levantó voluntariamente el cuchillo para sacrificar a Isaac.
Jesús se convirtió en un Caballero de la fe porque voluntariamente fue a la cruz.
[11] Kierkegaard siempre señala al individuo hacia adelante tal como lo hizo con Abraham.