Compaginó la labor académica con la gestión de organismos científicos.
En los siguientes tres años trabajó en la Universidad de Nueva York con Severo Ochoa y en el Instituto Roche de Biología Molecular.
Presidente de la Fundación Carmen y Severo Ochoa por nombramiento testamentario del Nobel.
Desde el año 2018 fue presidente de la Fundación QUAES.
Se definía a sí mismo como «científico cristiano», y votó en contra de la interrupción voluntaria del embarazo, incluso cuando se presentaban malformaciones fetales.