También mantuvo buenas relaciones con los hijos de su primo, como el futuro presidente Jorge Batlle.
El tercer hermano, Rafael, se dedicó a la poesía y al periodismo.
Luego reapareció con la colaboración financiera de ciudadanos, que César Batlle Pacheco insistió en pagar, al principio con pequeñas entregas.
Tiempo después se sumarían los inmuebles que dan a las calles San José y Soriano.
Batlle Pacheco dispuso que a su muerte se legara “al sublema Batllismo de Partido Colorado, los inmuebles situados entre las calles Soriano, Vázquez, San José y Médanos”.
En 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial, en la sede del diario El Día, en las calles 18. de Julio y Yaguarón, flameó la bandera nacional junto a otras del bando Aliado, estando presentes Inglaterra, Francia y Estados Unidos, pero no la URSS.
Esta rivalidad con su primo Luis Batlle Berres llevó a César ingresar más activamente en la política, buscando otros cargos.
En estas elecciones César Batlle resulta electo como diputado, en representación por Montevideo, para el período 1951-1959.
Así, en octubre de 1951, algunos dando su apoyo por razones programáticas y otros por simple cálculo político, el Parlamento con votos batllistas y nacionalistas sancionó una ley constitucional que consagraba la nueva constitución colegialista.
El plebiscito realizado en diciembre de ese año aprobó la reforma por escaso margen y con una bajísima votación.
En las siguientes elecciones, las elecciones de 1962, la lista 14 y sus miembros ya habían sido absorbidos en gran medida por el sector Unión Colorada y Batllista (UCB), que había nacido como una escisión de la lista 14.
[9] En 1966, en la UCB -como en otros sectores colorados- comienza a impulsarse la idea de una reforma constitucional que elimine el colegiado para retornar al Ejecutivo unipersonal.
Esa fuerte discrepancia determinará la salida de Pacheco del diario "El Día" en 1965.