Hasta 1995, los buyei estudiaban en las escuelas en su propio idioma; a partir de esa fecha, las clases se imparten únicamente en chino.
En lugar de usar botones, la chaqueta se cierra con una banda anudada a un lado.
Además se instala un altar para que los dioses ayudan a la futura madre.
Tres años después del funeral, los restos son desenterrados para colocarse en una urna de arcilla y volver a ser enterrados.
Las viviendas suelen ser de dos pisos, destinándose la segunda planta a residencia familiar.
Son politeístas, y en el pasado creían en los espíritus (rito antiguo era el exorcismo llamado nuo, en cuya ceremonia se escalan cuchillos y se camina sobre el fuego, para demostrar el poder de los espíritus).