Se utiliza en geografía rural para describir paisajes de sabanas, matorrales y bosques de tipo mediterráneo, poco cultivados y poco poblados.
Si bien el término procede de la palabra inglesa bush, que significa arbusto, el uso del término en Australia y Nueva Zelanda para referirse a «bosque» o matorral, proviene probablemente de la palabra neerlandesa «bos/bosch» («bosque»), usada por colonos neerlandeses tempranos en Sudáfrica, donde llegó a significar tierra sin cultivar entre los afrikáneres.
[1] Muchos colonos europeos angloparlantes tempranos en Sudáfrica emigraron luego a Australia o Nueva Zelanda y se llevaron el término con ellos.
Durante el siglo XIX, el romanticismo se alimentó de las grandes extensiones misteriosas y salvajes del bush, y durante el siglo XX la identidad nacional se forjó en torno al bush, aglutinando tanto a los antiguos colonos europeos como a los aborígenes, sus habitantes desde decenas de miles de años.
[2] Desde una perspectiva social y política, el bush se refiere a cualquier región escasamente habitada, independientemente del tipo de vegetación.
La cultura y la historia del bush han dado a Australia unos personajes típicos, como los bushrangers.