Sus padres estuvieron de acuerdo y él pasó el resto de su tiempo en la escuela secundaria en Indian Springs School formando relaciones valiosas con los maestros, relaciones que Green dice que todavía existen hoy en día.
Fue la experiencia de Green en el internado lo que lo inspiró a escribir esta novela.
[2] Miles Halter, es un adolescente obsesionado con las últimas palabras, deja su escuela secundaria normal en Florida para asistir a la Preparatoria de Culver Creek en Alabama para su tercer año.
", ambos hacen un trato de que si Miles descubre cuál es el laberinto, Alaska le encontrara una novia.
Alaska y Pudge se acercan y él comienza a enamorarse de ella, aunque ella insiste en mantener su relación platónica porque tiene un novio en la Universidad de Vanderbilt a quien insiste en que ama.
Takumi afirma que son inocentes porque su amiga Marya también fue expulsada durante el incidente.
Sin embargo, Alaska más tarde admite que para no ser expulsada, le confeso sobre Marya y Paul al decano, el Sr. Starnes.
Discuten y el Coronel acusa a Miles de solo amar una Alaska idealizada que inventó en su cabeza.
Miles se da cuenta de que dejarla ir ya no importa tanto.
Miles, a primera vista se siente atraído por Alaska Young, quien durante la mayor parte de la novela tiene una relación mixta, en su mayoría no tan recíproca, ya que la chica no le devuelve sus sentimientos.
Ella actúa como una confidente para sus amigos, ayudándoles frecuentemente en asuntos personales, incluso proporcionándoles cigarrillos y alcohol.
Procedente de un entorno pobre, está obsesionado con la lealtad y el honor, especialmente hacia su amada madre, Dolores, que vive en un tráiler.
Ganó el premio Michael L. Printz 2005 a la mejor novela juvenil por parte de la American Library Association.