Muchas especies están brillantemente coloreadas siendo verdaderas joyas para los coleccionistas, a lo que alude su nombre inglés (jewel beetles).
[1][2] Los ojos son grandes y enteros; carecen de ocelos; las antenas son aserradas, de once artejos; la base del pronoto no presenta ángulos prolongados y se encaja perfectamente con los élitros; la apófisis del prosterno está más o menos encajada en una cavidad del mesosterno, mecanismo destinado a la fijación del protórax; los élitros cubren todo el abdomen y las alas; los tarsos son pentámeros, es decir, tienen cinco artejos en todas las patas; el abdomen tiene los primeros segmentos visibles fusionados.
Los bupréstidos son ágiles, buenos voladores y eminentemente diurnos, volando a pleno sol (heliófilos) y cuando la temperatura es alta (termófilos), siendo activos en la horas centrales del día.
No obstante, algunas especies atacan plantas sanas y constituyen plagas.
Otras larvas perforan y devoran la médula de plantas herbáceas anuales, sin leño; son ejemplo de esta categoría los Coraebini y Aphanisticini.