A su vez, solo las hijas pueden transmitirlo a sus descendientes, pues aunque todos los varones poseen el ADN mitocondrial que heredaron de su madre, no lo transmitirán a su descendencia (el espermatozoide solo aporta material genético del núcleo, mientras que el óvulo aporta además mitocondrias con su propio ADN).
Dado que el ADN mitocondrial está sometido a mutaciones, como el resto del material genético, cuantas más diferencias existan entre el ADN de dos individuos, más lejos se encontrará su antepasado común.
Este último clan es el único que surgió fuera de Europa, más concretamente en Oriente Medio.
2) Xenia, habitó hace 23 años en el Cáucaso, zona montañosa cercana al mar Negro.
Ante la abundancia de caza menor, su clan fue el primero en dedicarse a la agricultura y tener hábitos sedentarios.
En Europa enseñaron a los nómadas, que eran cazadores y recolectores, una nueva forma de vida, la agricultura.
Tiene la peculiaridad de que, salvo un pequeño fragmento en los extremos, no se recombina.
Por esto, al igual que en el caso del ADN mitocondrial, se puede establecer un árbol masculino de relaciones genéticas.
En la última parte del libro (genética ficción), augura un declive progresivo del cromosoma Y, al que están asociadas conductas agresivas y en ocasiones criminales.
Dicho cromosoma en el futuro no será necesario para la reproducción, ya que la tecnología avanzará lo suficiente para que pueda producirse reproducción sexual entre mujeres (mediante la fusión de los núcleos de dos óvulos y su posterior implante en el útero).